El edificio, ex-Convento de San Joaquín, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2000, es de finales del siglo XVII. La primera piedra se colocó en 1685 y la construcción se prolongó catorce años, inaugurándose oficialmente el 6 de noviembre de 1699. La obra fue llevada a cabo por los propios frailes con la colaboración de los ciezanos que contribuyeron con trabajo personal y con limosnas. En palabras del Padre Salmerón, franciscano que da nombre a ésta Biblioteca Pública Municipal, “La forma del Convento es la común y ordinaria de los Conventos de nuestra Descalzez, pero en lo común hay particulares primores, que la hacen especial. Todo el Convento es alegre, y devoto... La obra es de cal, y canto, con esquinas de piedra labrada. Salió todo tan fuerte, que no ha hecho quebranto por parte alguna, es tan proporcionada y vistosa, que es admiración de los que la miran…”
La pieza más característica del edificio es el claustro, actualmente cubierto por una colorida cúpula de cristal, consta de dos plantas con arquerías sostenidas por pilastras. Tiene cinco arcos de medio punto por lado y la bóveda es de arista. Los muros de ambas plantas fueron decorados en el siglo XVIII, con pinturas murales, por los propios franciscanos. Estas pinturas se desarrollan en cartelas con textos poéticos rodeadas de orlas vegetales y florales.
Durante el proceso de restauración de las pinturas murales del convento fueron encontradas en el lateral izquierdo de la cartela nº 5, una firma y una fecha: “Guardiola, año de 34”. Estos datos, tras su estudio, han permitido dar autoría y fecha de ejecución exacta a la decoración mural. Según los mismos fue Fray Manuel Guardiola y Rueda quien en el año 1734 elaboró las pinturas.
Fray Manuel nació en Cieza en 1715, fue un hombre con gran formación. Ocupó diversos cargos dentro de su orden. Publicó cinco libros y algunos más le quedaron inéditos. Además, fue maestro de Filosofía y Teología del Padre Salmerón.
La vida monacal se desarrollaría durante más de cien años, pero la reducción y supresión de órdenes religiosas dispuesta por R.O. de 15 de noviembre de 1822 afectaría directamente al Convento. La comunidad de franciscanos de San Joaquín permaneció en el convento hasta 1833. Más tarde, con la desamortización de Mendizábal de 1836, el ex-Convento, en lugar de ser subastado, pasó a manos municipales, y desde ese momento tuvo multitud de usos: colegio, cuartel de la Guardia Civil, comandancia militar, asilo de ancianos, maternidad, club del guía, universidad popular, biblioteca, centro de la tercera edad, etc.
En 1988 hubo un litigio entre el Ayuntamiento y el Obispado de Cartagena por la propiedad del inmueble, llegándose al acuerdo salomónico de repartir el edificio entre ambas instituciones. El Ayuntamiento se quedó con el claustro, las naves este y sur y unas edificaciones anexas que, más tarde, fueron derribadas.
En el año 2008 concluyó, con el objetivo convertirlo en biblioteca, la rehabilitación la parte del edificio propiedad municipal. Esta fue llevada a cabo por el arquitecto Martín Lejárraga, y obtuvo la distinción de “mención” en la modalidad de “edificación” en los XV Premios de Arquitectura de la Región de Murcia.
Si quiere saber más del convento de San Joaquín, ver: Edificios de Cieza, de Antonio Ballesteros Baldrich